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miércoles, 25 de mayo de 2011

Juez y parte

El año estaba siendo duro, la semana estaba todavía siendo mas dura, llevaba tres días saliendo a las once de la noche, y ese día no iba a tolerarlo, por mucho que le hubieran subido el sueldo dos veces antes de verano para evitar que se fuera aquello no era vida, y encima Marie, quería el noveno informe del día, así no podía seguir trabajando. Las cosas estaban muy, muy tensas, y aquella tarde ya había llegado a su límite cuando la jefa entró por la puerta de su despacho.

-¿El informe lo tienes ya? Preguntó como si no supiera ya la respuesta, y mientras se fue acercando.
-Por dios, no soy una máquina de hacer informes ni los tengo hechos antes de que los pidas, es totalmente imposible tenerlo en menos de diez minutos.- No debería de contestar a su jefa así, pero ya sabía que iba a pasar a continuación, ese ritual de Marie llevado a cabo una vez mas.
La mujer se pegó todo lo que pudo a el, antes de susurrarle
-Sino, ya sabes, nos podemos quedar los dos un rato mas, y acabar el informe y hacer una previsión adicional...
Otra vez igual, cada quince días lo volvía a intentar, Charles se preguntaba en que momento se le ocurrió emborracharse y perder el control de las cosas en la cena de empresa de verano, en que momento se le ocurriría acostarse con su jefa; el sabía que había sido un error pensar que eso sería solo un calentón de los dos y quizás una jefa y alguien con quien acostarse un par de veces o tres, pero cuando se quiso dar cuenta, Marie había cruzado la linea, y el sabía que tenía que aguantar, porque en parte la culpa era suya.
- Imposible, esta tarde he quedado. De hecho como llevaba toda la semana saliendo tarde había pensado en salir hoy un poco antes, pero como veo que te urge tanto lo acabaré y me marcharé.
Acababa de poner la puntilla y lo sabía, por mucho que Marie quisiera, jamas podría negarse a lo que Charles ofrecía porque su trabajo no era irreemplazable pero casi. Sabiendo como se las gastaba, seguro que el día siguiente iba a ser muy jodido, pero eso hoy no importaba.
-Ah, si claro, supongo que no soy la única que va a tener una cita esta noche.- Charles estuvo a punto de no poder contener la risa, estaba claro que trataba de darle celos después de haber informado de su plan, pero no iba a conseguir nada.
-Oh, genial, entonces supongo que todos salimos pronto hoy. Dijo sacando una amplia sonrisa.
-Sí, pero el informe me lo tienes antes de irte. Charles sabía que Iba a proceder a pedir algo innecesario, o estúpido pero que fuera mucho tiempo cuando vio que no salía de la sala, así que se adelantó para hacer el mate.
-Vale, pero acabo este y me voy.-
Como si le hubieran cortado las alas, Marie salió casi a trompicones del despacho.
No tenía ningún plan previsto, pero eso ella no tenía porque saberlo.

Comenzó a llamar al primero de sus contactos dos minutos de reloj después de que Marie hubiera salido solo por si acaso se había quedado cerca.
-¿Jack? Que pasa tío, soy Charles, oye ¿te apetece hacer algo esta tarde?-
del teléfono manó una voz estruendosa que llenaba la habitación. - Hey, cabronazo, el domingo no me llamaste. Que va, tengo lío, y he quedado con Melinda cuando salga, si quieres mañana nos vemos.- Aquello era un pequeño inconveniente.
-Ya veremos, pero es complicado. Bueno tío, no pasa nada, voy a ver si engaño a Luke.-
-Venga, un abrazo.- Unos breves segundos, para llamar a Luke. El móvil sonó, una, dos, tres, cuatro veces, y cuando iba a colgar, su interlocutor descolgó el teléfono. Una voz mas juvenil y entrecortada, cogió. -¿Sí? la respiración se oía a través del auricular. -Soy Charles ¿Te pillo ocupado?- La respiración seguía sobresaliendo  aunque comenzaba a descender el sonido. - Si, bueno un poco-. Tuvo que acabar la frase en dos veces, y se oyó una risita de fondo. -Ah, bueno, entonces nada, ya hablamos esta noche o mañana. - -Venga, luego te llamo.- Segundo intento y segundo strike, el muy cabrón estaba follando, a saber a quien sería esta semana. después de emitir un par de ruidos de desaprobación pensó en llamar a Anne, aunque supusiera ir al parque y estar pendientes del pequeño Mike. Un tono, dos tonos, tres tonos, cuatro tonos, y saltó el buzón. Bueno, cuando vea mi llamada me contestará pensó.

Una hora mas tarde, con el informe sobre la mesa de Marie, y con todo apagado, comprobó otra vez que nadie había llamado. Con mas frustración e impotencia por no tener plan salió con una sonrisa falsa del trabajo. una vez fuera, cambió la cara y se fue a andando camino a casa, al principio solo iba a ser un rato andando hasta que se aburriera. Lo que nadie iba a saber era lo que sucedería.

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